domingo, 7 de julio de 2013

Ródope y Pies de Loto


¡Calurosos saludos visitantes!
Ha llegado un nuevo domingo y nueva lectura. Ya sabéis que yo, Ayi, os traigo a esta sección versiones desconocidas que fueron el origen de nuestros queridos cuentos infantiles. Y hoy voy a hablaros de La Cenicienta porque sé que es el cuento favorito de alguien muy importante para mí.
Todos conocemos la historia de Cenicienta, o mejor dicho, conocemos el cuento que Perrault incluyó en su colección <<Cuentos de mama ganso>> y que después Disney explotó  para hacer su famosa película de dibujos.


 
 
¡Pero no es la única versión ni mucho menos! Hay muchas otras repartidas por todo el mundo. La que más se parece a la de Perrault, fue la que escribieron los hermanos Grimm. Sólo presenta ligeras variaciones como por ejemplo que en lugar de hada madrina, es una paloma mágica quien le da a Cenicienta los vestidos y los zapatos de oro. Y digo vestidos, porque, según los Grimm, Cenicienta asiste a tres bailes y no a uno. Al final del tercero, el príncipe, que había estado con Ceni las tres noches y no quería que volviera a huir, llena el suelo del castillo de pegamento (como veis, el príncipe de los Grimm tenía más iniciativa que el de Perrault, aunque no más inteligencia) y ahí es donde se queda pegado el zapato.  El final es un poco más gore que el de Perrault, pues cuando el príncipe busca a Ceni y llega a la casa de las hermanastras, éstas llegan incluso a mutilarse los pies para poder ponerse el zapatito. Por suerte, la paloma avisa al príncipe de la artimaña para que no se vaya con ellas (de nuevo, podéis ver lo avispado que era este principito) y acaba casándose con la heroína.
Pero yo me he remontado mucho más atrás en busca de sus orígenes y de entre las numerosas versiones que encontré, he decidido relataros las dos que más me han gustado y donde aparecen varios elementos que después se incluirían en las versiones actuales del cuento. Espero que os guste.




 
  La primera es, creo, la más antigua y proviene de Egipto.

 La leyenda de Ródope.



Erase una vez en Egipto, una muchacha llamada Ródope.
Ródope había nacido en Grecia, pero de niña había sido secuestrada por unos piratas que después la vendieron como esclava a las orillas del Nilo a un egipcio que tenía una gran casa al otro lado del río cuidada por un número sospechosamente alto de sirvientas.
Éste era, a pesar de todo, un buen hombre, si acaso era un pelín perezoso, pues se pasaba los días durmiendo bajo un árbol (motivo por el cual necesitaba tantas sirvientas) y no se daba cuenta de que el resto de siervas eran muy malas con Ródope (Se podría decir que como era la nueva le hacían "mobbing") debido a lo diferente que era a ellas. Mientras que las otras tenían el cabello liso y negro, los ojos castaños y la piel morena; Ródope tenía largos tirabuzones rubios, los ojos verdes y la piel pálida que cada día el sol enrojecía. Por eso todas se burlaban de ella llamándola "mejillas sonrojadas". Pero no os dejéis engañar por lo simple del insulto, aparte de eso, la cargaban a ella con todo el trabajo de la casa y Ródope sólo contaba con el consuelo de la compañía de ciertos animales que vivían junto al río, para los que a veces cantaba y bailaba.
Un atardecer, su amo oyó el canto de la esclava y se despertó. Siguió la dulce melodía hasta la orilla del río y quedó fascinado al ver el modo en que la chica bailaba y giraba de un casi tan ligera como el viento y le gustó tanto lo que vio, que le regaló un par de sandalias muy especiales hechas a mano, de color rojo brillante y la suela de cuero. Como imaginareis, esto no ayudó precisamente a que Ródope ganara popularidad entre sus compañeras.
Un día, llegó a la casa la noticia de que el Faraón estaba de visita en Menfis y que en su honor, se celebraría una gran fiesta a la que estaban invitados todos los habitantes de Egipto. Todas las sirvientes se vistieron con sus mejores galas, incluida Ródope. Pero cuando estaban a punto de partir, las sirvientas celosas engañaron a Ródope y se marcharon sin ella en la última barca, a través del río. La esclava intentó seguirlas, pero sólo consiguió empaparse sus queridas sandalias, así que con tristeza y frustración las puso a secar al sol de la tarde. Cuando de pronto, el cielo se oscureció de golpe y de él salió un majestuoso halcón que descendió en picado sobre las sandalias y se llevó una en sus garras. Ródope se asustó y sólo cuando el pájaro se hubo marchado, se acercó a recoger la otra sandalia.
En Menfis, el Faraón observaba la fiesta desde su trono, muy, muy, muy aburrido. De repente, un halcón entró por la ventana y dejó caer sobre su regazo la sandalia. El Faraón la sostuvo en sus manos, observándola con atención pues sabía que era algo importante, ya que había identificado al halcón como una reencarnación del dios Horus. Por lo que decidió buscar a la dueña del calzado y convertirla en su esposa.
Después de rastrear todo su territorio, embarcó en uno de sus navíos para recorrer el curso del río, parando en cada orilla en la que habitaba alguna doncella. Así fue como llegó a la gran casa de las sirvientas. Éstas reconocieron enseguida la sandalia y obligaron a Ródope a esconderse entre los juncos del río y una a una se intentaron probar la sandalia, sin que ninguna lograra ponérsela. Justo cuando el Faraón se iba, descubrió a la chica que se ocultaba entre los juncos y la pidió que se probara la zapatilla. Ródope no sólo se la probó, sino que también sacó su propia sandalia y al ponérselas, el Faraón anunció que se casaría con ella. Las sirvientas, muertas de envidia, protestaron alegando que Ródope no era más que una esclava y que ni siquiera era egipcia. Pero el Faraón las calló diciendo:
-Es la más egipcia de todas, pues sus ojos son verdes como el Nilo, su cabello tan plumoso como el papiro y su piel tan rosada como la flor de loto.-
Y se casó con ella.

Menuda respuesta ¿Eh?
Para terminar os dejo la versión china que he encontrado. Espero que os haya gustado este pequeño viaje a través de la historia de la Cenicienta. Dejadme algún comentario y decidme cuál es vuestra versión favorita.
Nos veremos pronto para desentrañar los orígenes de más cuentos. ¡Hasta la próxima!

 La leyenda de Pies de Loto

 
Esta versión se desarrolla en China durante la dinastía T'ang, un período durante el cual un hombre podía casarse con varias mujeres.
Un hombre llamado Wu tenía dos esposas y una hija con cada una. Pero una de ellas enfermó y acabó muriendo de modo que su hijita quedó a merced de la otra mujer, que la odiaba porque era más hermosa que su propia hija. A espaldas de Wu, la mujer convirtió a la huérfana en una sirvienta: le arrebató todas sus posesiones y la hacía trabajar muy duro cada día. Pero no contenta con eso, mientras realizaba todas las tareas domésticas la obligaba a llevar puestos unos diminutos zapatitos y con el paso del tiempo, sus propios pies se volvieron increíblemente pequeños; y por eso todos empezaron a llamarla "Pies de Loto".
Un día en el que Pies de Loto lavaba la ropa en un estanque, se le apareció un hermoso pez dorado, de enormes ojos y que podía hablar; por lo que se convirtió en el único y más querido amigo de la chica. Pero su madrastra lo descubrió y cuando la escuchó hablando con el pez se dio cuenta de que éste era en realidad la reencarnación de la madre de Pies de Loto, a la que ella, junto a su fea hija, habían envenenado para que muriera. Una vez más, esta terrible mujer ideó un plan para mortificar a su hijastra: a la mañana siguiente se puso las sucias y viejas ropas de Pies de Loto y acudió al estanque. El pez, creyendo que se trataba de la dulce huérfana, salió a su encuentro confiado y en cuanto asomó la cabeza fuera del agua, la madrastra lo agarró, se lo llevó a la casa, lo cocinó y lo sirvió de cena al resto de la familia.
Pies de Loto se entristeció tanto al descubrirlo que abandonó la casa en plena noche y regresó al estanque vacío. Mientras lloraba la injusta muerte de su amigo, apareció una anciana sabia que dijo conocerla y saber todo lo que había pasado. Le dijo que volviera a casa y buscara los restos del pez para ocultarlos en un sitio seguro. Al tratarse de un pez mágico, sus restos también lo serían y si algún día necesitaba ayuda, lo único que tenía que hacer era pedir un deseo a los restos y los espíritus lo harían realidad. Pies de loto obedeció y ocultó los restos de su amigo en un lugar donde ni su madrastra ni su hermanastra pudieran encontrarlos.
El tiempo pasó y a la casa de la familia llegó una gran noticia: para celebrar el año nuevo chino se había organizado una fiesta en el pueblo a la que estaban invitados todos sus habitantes. Era una fiesta a la que acudirían los mercaderes más ricos del lugar y las jovencitas vestirían sus mejores ropas con la intención de atraer la atención de alguno de ellos.
Tanta la madrastra como su hija se prepararon para tal evento, pero sabiendo que la presencia de Pies de Loto eclipsaría a su fea hija, la madrastra la obligó a quedarse en casa. Cuando éstas se marcharon a la fiesta, Pies de Loto pidió ayuda a los restos del pez y los espíritus respondieron convirtiendo sus harapos en un precioso vestido azul y adornando sus pies con un par de zapatitos de oro.
Así vestida, Pies de Loto acudió a la fiesta donde causó sensación entre los jóvenes comerciantes. Por desgracia, fue tal el revuelo que armó en la fiesta que la madrastra, curiosa, se le acercó para ver de quien se trataba y no tardó en reconocer a su hijastra. Cuando Pies de Loto se dio cuenta de que había sido descubierta, echa a correr tan rápido que en su huida perdió uno de sus zapatitos.
Al llegar a casa el hechizo se rompió: sus ropas se desvanecieron y los restos del pez desaparecieron. Pero le quedó el otro zapatito como recuerdo de la fiesta.
El zapatito perdido cayó en las avariciosas manos de un mercador que pasó días y días buscando a un comprador digno de tan impresionante calzado. Finalmente, fue el príncipe quien compró el zapato después de caer fascinado por su belleza y cuando por fin lo obtuvo, no pudo dejar de imaginar a la gran dama a la que habría pertenecido, así que se propuso recorrer el país hasta dar con ella.
No tardó mucho en aparecer en la casa de Pies de Loto preguntando por todas las doncellas que allí vivían. La madrastra encerró a Pies de Loto en una habitación y presentó a su hija como la única doncella de la casa. Aunque ésta intentó ponerse el zapato, su pie era demasiado grande; pero su madre estaba tan desesperada porque el príncipe eligiera a su hija que le ordenó que se cortara tres dedos, de modo que el pie por fin le entró en el zapatito. Lógicamente, el príncipe se dio cuenta del engaño y se marchó.
La estancia de Pies de Loto en aquella casa era cada vez más insoportable. Sin su madre y sin su amigo el pez, todo lo que le quedaba era un triste zapatito de oro para recordar tiempos mejores, así que, una noche se coló en el castillo del príncipe dispuesta a recuperar el otro. Sin embargo, los guardias la descubrieron y la llevaron ante el monarca. Ella le explicó que ese zapato le pertenecía, pero él no la creyó al ver los harapos que vestía, hasta que Pies de Loto sacó el otro zapatito. Cuando se hubo calzado los dos, sus ropas se transformaron de nuevo en el vestido azul y el príncipe se enamoró de ella a primera vista y le pidió que se casara con él. Pies de Loto aceptó y vivió para siempre feliz con su príncipe en el castillo.
Y como castigo para la madrastra y su hija por intentar engañar a un monarca, fueron condenadas a vivir para siempre en una oscura cueva que acabó derrumbándose con ellas dentro al estallar una lluvia mágica de rocas.
¡Hasta la próxima!

 
 






2 comentarios:

  1. Hola chicas, hoy le ha tocado a mi cuento favorito,
    yo conocia el de siempre vamos el de disney, estas dos versiones estan bien a mi me ha gustado mas el de egipto mejor las sirvientas que las madrastras.
    Pero me quedo con el de disney...sus ratoncitos sobre todo con Guss...de todas maneras lo he visto tantas vecez cuando mis hijos eran peques que prefiero quedarme con el.
    un besitos chicas

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias por tu comentario, señora de los buhitos.
      ¡Que casualidad que sea tu cuento favorito! Es una historia muy bonita, incluso la versión de Disney! Deberías agradecer a tus hijos que te hicieran verla tantas veces, jajaja
      Espero que nos sigas leyendo y tengamos muchos más comentarios de tu parte.
      Hasta otra ^^

      Eliminar