jueves, 11 de julio de 2013

El certamen

¡Hola queridos lectores! Hoy me me paso por aquí para dejar el comienzo de una pequeña historia que espero que os guste.  


                                      EL CERTAMEN


Era Otoño. Montones de hojas de diferentes colores cubrían suelo húmedo. El ambiente era oscuro  y algo triste, como si la ausencia del sol hubiera silenciado las voces y los ruidos.
Lizbeth corría hacia la casa de su padre para refugiarse de la incesante lluvia. Siempre se olvidaba el paraguas en casa, a pesar de dejarlo junto a la puerta para verlo al salir.
Cuando abrió la puerta se encontró a su padre, ya entrado en años pero ingenuo como un niño, enfrascado en sus bocetos en el escritorio de su despacho.
-¿Algo nuevo papá?-preguntó Lizbeth alegremente. A ella el otoño no le entristecía, muy al contrario, le encantaba salir a la calle y pasear bajo el cielo gris que siempre amenazaba lluvia.
-Sí pequeña-su padre jamás dejaría de llamarla pequeña, aunque ante sí tuviera ya a una hermosa mujercita de pelo castaño y grandes ojos que lo miraban con reproche fingido-El sábado demostraré a todo el mundo que soy un gran inventor.
El sábado era el gran día que tanto tiempo llevaban esperando. Se celebraba la entrega de premios del concurso “Inventores de ahora”. Su padre había conseguido un merecidísimo primer premio, y el sábado lo harían público en la plaza del pueblo. Era algo muy importante para ellos, ya que él mérito de su padre nunca había sido reconocido y ahora después de toda una vida, por fin veía los frutos de todo su esfuerzo.
Lizbeth sonrió dulcemente a su padre y se acercó para darle un beso en la frente.
-Yo siempre he sabido que eran un gran inventor, papá-aseguró antes de subir las escaleras en dirección a su cuarto.
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El sábado el padre de Lizbeth salió temprano de casa y sin despertar a su hija. No le importaba que ella no fuera a la entrega de premios, para su hija siempre había sido un ganador.
Sin embargo Lizbeth se despertó sobresaltada al escuchar el sonido de la puerta de casa al cerrarse, y cuando comprendió que se había quedado dormida se apresuró a vestirse para llegar a tiempo a la entrega de premios. Quería estar al lado de su padre ahora que por fin se lo tomaban en serio. Ese día era importante para él y no iba a dudar en acompañarlo.
Sintió un gran alivio cuando llegó a la plaza del pueblo donde se celebraba el certamen y vio que éste aun no había dado comienzo.
El director del certamen se hallaba sentado en una silla negra al lado del escenario, apenas nadie reparaba en él. Y no es que lo hicieran normalmente, Alex era un hombre serio y reservado que no era muy apreciado por sus vecinos. Tenía unas formas algo rudas y apenas hablaba con nadie.
En contrapunto a la postura distante del director, el ambiente en el resto de la plaza era de revuelo. Normalmente no tenían mucho que celebrar y cualquier excusa era buena para armar una fiesta. Todo el mundo murmuraba excitado, haciendo sus apuestas y aprovechando para comer y beber con sus vecinos.
Solo el director del certamen y sus participantes sabían ya los resultados, y tenían prohibido comunicárselo a nadie hasta el día de la entrega oficial de premios.
Subido en la tarima y con un aire jovial y despreocupado Darren presentaba el concurso. Era un joven apuesto y seguro de sí mismo que se manejaba en los escenarios como si hubiera nacido en uno. Cuando vio a Lizbeth entre el gentío la guiñó un ojo con aire pícaro, a lo que Lizbeth puso los ojos en blanco y giró la cabeza.  La molestaban sobremanera sus atenciones. Se creía que con su deslumbrante sonrisa podía tener cualquier cosa que deseara. Pues bien, ella no iba a ser una de esas cosas. Su extrema arrogancia no compensaba su atractivo.
Por fin el certamen dio comienzo. La multitud quedó en silencio y Darren tomó todo el protagonismo. Después de unas cuantas bromas y de dar el tercer y el segundo premio por fin llegó el momento tan esperado.
Era el turno de dar el primer premio y Lizbeth se mordía el labio nerviosa buscando a su padre con la mirada, pero no lograba localizarlo.
Darren se llevó el micrófono a los labios y con una gran sonrisa se dispuso a decir el nombre del ganador. Todo el mundo estaba expectante y nada más que prestaban atención al escenario.
-Y el primer premio de “Inventores de ahora” 2010 es para… ¡La señorita Anne Andrews!
Lizbeth ahogó el grito de júbilo al oír el nombre. ¿Andrews? ¿Qué clase de broma era aquella? El ganador era su padre y así se lo había hecho saber el jurado hacía unos días. Tenía que haber algún error.
El público vitoreaba contento, ajeno a aquél malentendido. Una chica alta y pelirroja había salido de entre la multitud y había subido a la tarima para recoger el cheque de las manos de un despreocupado Darren. La chica lucía una ensayada sonrisa y saludaba a sus vecinos con una mano.
“No tiene pinta de haber inventado nada” pensó Lizbeth “Ni siquiera tiene pinta de saber leer.”
Alex parecía haber salido de su ensimismamiento y miraba hacia la tarima con el ceño ligeramente fruncido, pero ni siquiera se molestó en levantarse.
Lizbeth por fin divisó a su padre subiendo a la tarima con la cara roja de indignación. Se acercó a Darren, quien le sacaba una cabeza, y se encaró a él.
-¡Esto no es posible! ¡Tiene que haber cometido un error!-el presentador del certamen se limitó a mirarlo con lástima y a encogerse de hombros.
-Yo solo soy el presentador, amigo.
El padre de Lizbeth, sin ser consciente de lo cerca que estaba del micrófono, profirió en gritos:
-¡Esto es una desfachatez! ¡El jurado me nombró ganador hace días! ¿¡Qué clase de broma pesada es esta!?
El público, al escuchar aquello, comenzó a murmurar, y luego a quejarse. Más por tener un motivo por el que crear polémica que porque realmente les importara quien ganara o perdiera ese certamen.
Poco a poco comenzaron a insultar al director del concurso, ya que como realmente a nadie le caía bien, era una oportunidad perfecta para dejarle en evidencia.
Alex, con seguridad y semblante tranquilo, como si no oyera todos los insultos que iban dirigidos a él, se acercó al micrófono.
-El certamen ha finalizado, pueden marcharse-dijo quedamente.

La gente se fue dispersando poco a poco al ver que allí ya no iba a suceder nada más, pero se fueron farfullando y maldiciendo al director.

                                                                                                         Continuará...

¿Intrigados? ¿Qué habrá pasado con el premio? ¿Habrá alguien detrás de todo esto o se trata de un simple error? Si queréis saberlo seguir entrando al blog y pronto tendréis la respuesta ¡Comentad!


5 comentarios:

  1. Guauu!! Genial relato. Nos habeis dejado con muchisima intriga. Esperando la continuacion para saber el final de esta magnifica historia:

    Angel

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  2. Muchas gracias Ángel! Pronto tendrás la continuación =)

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  3. Me ha gustado mucho, jooo el principio me recuerda a mi y a mi padre! La buena relación que parece ser que tienen y saber que haga lo que haga para mi es un ganador! Me he quedado con ganas de saber que pasa! Porque no le nombran ganador??.y con la arrogancia de Darren jaja. Una historia interesante!!.

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  4. No podéis dejarnos así, esto es como una serie te ponen lo mejor justo al final. Seguro que ha sido el presentador el que la ha liado para ligar con Anne, se le ve que es un Don Juan que va detrás de todas.
    Por cierto no se donde estará ese pueblo, pero se parece a mi casa cualquier excusa es buena para una fiesta o en su defecto una barbacoa jajaja.

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  5. Gracias chicas!
    Kerly, me alegro de que mi historia te haya hecho recordar la buena relación que mantienes con tu padre!
    Y Kunfy, tienes suerte de tener tanta barbacoa, una que yo me sé no ha tenido ninguna desde hace eones jaja
    Un beso a las dos y espero que os paséis para ver el desenlace! =)

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