Hoy por fin traigo el desenlace de la historia El Certamen, espero que os guste y sino, siempre podéis dar vuestros motivos =)
Lo último que habíamos leído fue a Lizbeth confesándole a Alex que no podía seguir allí debido a que sentía que traicionaba a su padre. ¡Veremos que opina Alex de esto!
Alex
apretó la mandíbula y frunció el ceño.
-Ya
veo-se encogió de hombros-eres libre de marcharte cuando quieras, pero no me
gustaría que te fueras con una impresión equivocada de mí.
Lizbeth
le miró sin entender.
-Fue Darren
quién amañó el certamen, yo no tuve nada que ver y me quedé tan sorprendido
como tú al no oír el nombre de tu padre como ganador, pero ya no podía hacer
nada, el jurado estaba comprado y no iban a cambiar su voto.
Lizbeth
tardó unos segunos en procesar todo lo que Alex estaba diciendo. El pueblo
entero le había creído culpable durante meses, le había insultado, excluido y
despreciado. ¿Por qué nunca había dicho nada? ¿Por qué no había contado la
verdad?
-¿Por
qué no lo dijiste antes?
Alex
negó imperceptiblemente con la cabeza, como si todo estuviera claroy hablar no
tuviera sentido.
-Daba
por hecho que a estas alturas no me creías capaz de algo así-Alex apartó la
mirada-está claro que me equivocaba.
Lizbeth
sintió que las mejillas se le teñían de rojo.
-Bueno
yo…realmente no sabía…-no se le ocurría de qué forma excusarse-Pero ¿y el
pueblo? ¡Todo el mundo sigue pensando que eres un…!-se detuvo a tiempo de decir
algo que pudiera herirle.
-¿Un
bastardo sin sentimientos?-terminó Alex con una media sonrisa-¿Y qué puedo
hacer yo? No tengo manera de demostrar nada y la gente tiende a creer lo que
quiere creer. Y por supuesto es más fácil pensar que el solitario y excéntrico
Alexander Mayfair ha comprado al jurado del certamen para arruinar los sueños
de un viejo inventor por el simple placer de hacerlo. En ningún momento se les
pasaría por la cabeza que el carismático y atractivo Darren haya podido hacer
algo así solo para concederle el premio a la chica con la que se acuesta.
Lizbeth
se sentía abrumada por todo aquello, y también por el hecho de que Alex había
perdido completamente la compostura y no estaba acostumbrada a verle así.
-Áex…
lo siento, no tenía ni idea…-la verdad es que no había nada que pudiera decir
para disculparse.
-Alex
levantó una mano para indicar que no hacía falta que siguiera.
-No
importa, ahora ya lo sabes-cogió de nuevo el periódico que había estado leyendo
antes de que Lizbeth le interrumpiera y caminó hacia la puerta. Antes de llegar
a esta se dio la vuelta y dijo-puedes despedirte de Brandon cuando quieras.
Lizbeth
se quedó sola en las estancia sin saber qué hacer. Caminó sin darse cuenta
hasta la cocina en busca de Brandon. Después de pedirle al niño que la
acompañara, los dos se sentaron en los escalones de la entrada de la casa.
Brandon
no entendió por qué tenía que marcharse.
-Tu tío
está molesto conmigo y no le falta razón-explicó Lizbeth-creí algo muy malo de
él y estaba equivocada.
-Pues
pídele disculpas-era realmente enternecedor lo sencillo que resultaba todo en
la mente de los niños-él no puede saber lo arrepentida que estás si no se lo
dices.
Lizbeth
sonrió con ternura al niño, pero no estaba convencida. El sexto sentido del
niño pareció avisarle de esto porque continuó con sus sencillos argumentos.
-Dile
que ahora que le conoces sabes que es muy bueno y que te gustaría quedarte con
nosotros-le explicó Brandon como si fuera él quien estaba hablando con un niño
pequeño-Seguro que mi tío aun cree que quieres irte, y es una tontería que
hagas algo que no nos gusta a ninguno de los tres cuando sería tan fácil pedir
perdón.
Solo un
niño de apenas diez años podía pensar que pedir perdón era algo fácil. Pero Lizbeth
tuvo que admitir que tenía razón en todo lo que estaba diciendo.
-Creo
que voy a hacerte caso-sonrió Lizbeth abrazando al pequeño, quien sonrió
satisfecho.
[-----------------]
Lizbeth
encontró a Alex en la terraza, apoyado en la balaustrada y mirando las
estrellas, ya que hacía un rato que había anochecido.
-Creí
que ya te habrías marchado-dijo Alex sin mirarla.
-No me
hubiera ido sin despedirme de ti-aseguró invadida por la timidez.
-Alex
se giró y la miró. A Lizbeth le pareció que tenía los ojos más oscuros que de
costumbre.
-¿Has
venido a despedirte, pues?-preguntó frunciendo el ceño.
Lizbeth
tragó saliva y se acercó más a él.
-En
realidad no. He venido a disculparme contigo-antes de que Alex pudiera
interrumpirle Lizbeth continuó-Me han encantado estos meses que he pasado junto
a Brandon…y junto a ti. Me he dado cuenta de que eres un gran hombre y de que
te juzgue mal. Todos lo hemos hecho. Creemos que lo sabemos todo de alguien
solo por su apariencia o por su actitud y no nos molestamos en indagar en lo
que hay más adentro de las personas. Emitimos juicios sobre gente que no
conocemos. Y nos equivocamos. Yo me he equivocado contigo. Y lo único que puedo
esperar ahora es que me perdones y me permitas seguir dándole clases a Brandon…y
poder seguir conociéndote a ti…si tú quieres.
En
medio de toda aquella confesión Lizbeth no había podido soportar la presión de
su mirada y había desviado la vista al cielo y había comenzado a tocarse el
pelo. Había tratado de ser sincera pero aun así tenía miedo de la reacción que
pudiera tener Alex. Al mirarle se dio cuenta de que éste estaba sonriendo.
Levantó una mano y cogió el mechón de pelo castaño que Lizbeth tenía entre los
dedos.
-Me
alegro de que tu impresión sobre mí haya cambiado-dijo suavemente-y estoy
seguro de que a Brandon le encantará saber que te quedas-hizo una breve pausa y
acentuó aún más su sonrisa-aunque no tanto como a mí.
Lizbeth
sonrió.
Ambos
se sorprendieron bastante cuando le dieron la noticia a Brandon y éste ni se
inmutó. Parecía tener claro que Lizbeth no iba a marcharse.
Pocos
meses después salió a la luz que Darren había sido el culpable de todo aquello,
pero pocos fueron los que se disculparon con Alex. La gente no suele admitir
sus errores muy a menudo. Pero a Ále no le preocupaba. Tenía a su lado a las
únicas personas cuyas opiniones le importaban.
Y colorín colorado... Espero que os haya gustado ^^
Decir que esta historia surgió de una pequeña tarea que me mandaron en una asignatura. Teníamos que elegir algún cuento o pelicula para niños y coger la idea principal para escribir algo y elegí una pelicula de Disney que siempre me ha gustado mucho: La Bella y La Bestia.
Así que moraleja: Antes de juzgar...intentar conocer a la persona que tenéis enfrente =)
Ohh! bonito feliz de historia :)
ResponderEliminarTan real como la vida misma; la gente no suele dar oportunidad de conocer bien a la gente y la juzga antes de tiempo.
Ya estoy esperando tu proximo relato (y espero que sea prontito):
Angel
Pero entonces Liz acaba con Alex? Por como hablabas de el me parecía bastante mas mayor que ella, aunque bueno la edad no importa no? jajaja. Esta muy chulo el relato. Sigue así que yo quiero leer mas cositas de estas.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarGracias por vuestros comentarios chicos =)
ResponderEliminarEso es Ángel, ya no nos tomamos tiempo ni para conocer a las personas!
Kunfy, en ningún momento hago referencia a la edad de Alex, cierto que es mayor que Lizbeth, pero dicen que para el amor la edad no importa ;) Pero si estás interesada en saberlo aunque en la historia no lo diga Lizbeth tiene 19 años y Alex 27 =)
Y de nuevo, me alegran mucho vuestros comentarios!!