EL CERTAMEN
Era
Otoño. Montones de hojas de diferentes colores cubrían suelo húmedo. El
ambiente era oscuro y algo triste, como
si la ausencia del sol hubiera silenciado las voces y los ruidos.
Lizbeth
corría hacia la casa de su padre para refugiarse de la incesante lluvia.
Siempre se olvidaba el paraguas en casa, a pesar de dejarlo junto a la puerta
para verlo al salir.
Cuando
abrió la puerta se encontró a su padre, ya entrado en años pero ingenuo como un
niño, enfrascado en sus bocetos en el escritorio de su despacho.
-¿Algo
nuevo papá?-preguntó Lizbeth alegremente. A ella el otoño no le entristecía,
muy al contrario, le encantaba salir a la calle y pasear bajo el cielo gris que
siempre amenazaba lluvia.
-Sí
pequeña-su padre jamás dejaría de llamarla pequeña, aunque ante sí tuviera ya a
una hermosa mujercita de pelo castaño y grandes ojos que lo miraban con
reproche fingido-El sábado demostraré a todo el mundo que soy un gran inventor.
El
sábado era el gran día que tanto tiempo llevaban esperando. Se celebraba la
entrega de premios del concurso “Inventores de ahora”. Su padre había
conseguido un merecidísimo primer premio, y el sábado lo harían público en la
plaza del pueblo. Era algo muy importante para ellos, ya que él mérito de su
padre nunca había sido reconocido y ahora después de toda una vida, por fin
veía los frutos de todo su esfuerzo.
Lizbeth
sonrió dulcemente a su padre y se acercó para darle un beso en la frente.
-Yo
siempre he sabido que eran un gran inventor, papá-aseguró antes de subir las
escaleras en dirección a su cuarto.
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El
sábado el padre de Lizbeth salió temprano de casa y sin despertar a su hija. No
le importaba que ella no fuera a la entrega de premios, para su hija siempre
había sido un ganador.
Sin
embargo Lizbeth se despertó sobresaltada al escuchar el sonido de la puerta de
casa al cerrarse, y cuando comprendió que se había quedado dormida se apresuró
a vestirse para llegar a tiempo a la entrega de premios. Quería estar al lado
de su padre ahora que por fin se lo tomaban en serio. Ese día era importante
para él y no iba a dudar en acompañarlo.
Sintió
un gran alivio cuando llegó a la plaza del pueblo donde se celebraba el certamen
y vio que éste aun no había dado comienzo.
El
director del certamen se hallaba sentado en una silla negra al lado del
escenario, apenas nadie reparaba en él. Y no es que lo hicieran normalmente,
Alex era un hombre serio y reservado que no era muy apreciado por sus vecinos.
Tenía unas formas algo rudas y apenas hablaba con nadie.
En
contrapunto a la postura distante del director, el ambiente en el resto de la
plaza era de revuelo. Normalmente no tenían mucho que celebrar y cualquier
excusa era buena para armar una fiesta. Todo el mundo murmuraba excitado,
haciendo sus apuestas y aprovechando para comer y beber con sus vecinos.
Solo el
director del certamen y sus participantes sabían ya los resultados, y tenían
prohibido comunicárselo a nadie hasta el día de la entrega oficial de premios.
Subido
en la tarima y con un aire jovial y despreocupado Darren presentaba el
concurso. Era un joven apuesto y seguro de sí mismo que se manejaba en los
escenarios como si hubiera nacido en uno. Cuando vio a Lizbeth entre el gentío
la guiñó un ojo con aire pícaro, a lo que Lizbeth puso los ojos en blanco y
giró la cabeza. La molestaban
sobremanera sus atenciones. Se creía que con su deslumbrante sonrisa podía
tener cualquier cosa que deseara. Pues bien, ella no iba a ser una de esas
cosas. Su extrema arrogancia no compensaba su atractivo.
Por fin
el certamen dio comienzo. La multitud quedó en silencio y Darren tomó todo el
protagonismo. Después de unas cuantas bromas y de dar el tercer y el segundo
premio por fin llegó el momento tan esperado.
Era el
turno de dar el primer premio y Lizbeth se mordía el labio nerviosa buscando a
su padre con la mirada, pero no lograba localizarlo.
Darren
se llevó el micrófono a los labios y con una gran sonrisa se dispuso a decir el
nombre del ganador. Todo el mundo estaba expectante y nada más que prestaban
atención al escenario.
-Y el
primer premio de “Inventores de ahora” 2010 es para… ¡La señorita Anne Andrews!
Lizbeth
ahogó el grito de júbilo al oír el nombre. ¿Andrews? ¿Qué clase de broma era
aquella? El ganador era su padre y así se lo había hecho saber el jurado hacía
unos días. Tenía que haber algún error.
El
público vitoreaba contento, ajeno a aquél malentendido. Una chica alta y
pelirroja había salido de entre la multitud y había subido a la tarima para
recoger el cheque de las manos de un despreocupado Darren. La chica lucía una
ensayada sonrisa y saludaba a sus vecinos con una mano.
“No
tiene pinta de haber inventado nada” pensó Lizbeth “Ni siquiera tiene pinta de
saber leer.”
Alex parecía
haber salido de su ensimismamiento y miraba hacia la tarima con el ceño
ligeramente fruncido, pero ni siquiera se molestó en levantarse.
Lizbeth
por fin divisó a su padre subiendo a la tarima con la cara roja de indignación.
Se acercó a Darren, quien le sacaba una cabeza, y se encaró a él.
-¡Esto
no es posible! ¡Tiene que haber cometido un error!-el presentador del certamen
se limitó a mirarlo con lástima y a encogerse de hombros.
-Yo
solo soy el presentador, amigo.
El
padre de Lizbeth, sin ser consciente de lo cerca que estaba del micrófono,
profirió en gritos:
-¡Esto
es una desfachatez! ¡El jurado me nombró ganador hace días! ¿¡Qué clase de
broma pesada es esta!?
El
público, al escuchar aquello, comenzó a murmurar, y luego a quejarse. Más por
tener un motivo por el que crear polémica que porque realmente les importara
quien ganara o perdiera ese certamen.
Poco a
poco comenzaron a insultar al director del concurso, ya que como realmente a
nadie le caía bien, era una oportunidad perfecta para dejarle en evidencia.
Alex,
con seguridad y semblante tranquilo, como si no oyera todos los insultos que
iban dirigidos a él, se acercó al micrófono.
-El
certamen ha finalizado, pueden marcharse-dijo quedamente.
La
gente se fue dispersando poco a poco al ver que allí ya no iba a suceder nada
más, pero se fueron farfullando y maldiciendo al director.
Continuará...
¿Intrigados? ¿Qué habrá pasado con el premio? ¿Habrá alguien detrás de todo esto o se trata de un simple error? Si queréis saberlo seguir entrando al blog y pronto tendréis la respuesta ¡Comentad!
Guauu!! Genial relato. Nos habeis dejado con muchisima intriga. Esperando la continuacion para saber el final de esta magnifica historia:
ResponderEliminarAngel
Muchas gracias Ángel! Pronto tendrás la continuación =)
ResponderEliminarMe ha gustado mucho, jooo el principio me recuerda a mi y a mi padre! La buena relación que parece ser que tienen y saber que haga lo que haga para mi es un ganador! Me he quedado con ganas de saber que pasa! Porque no le nombran ganador??.y con la arrogancia de Darren jaja. Una historia interesante!!.
ResponderEliminarNo podéis dejarnos así, esto es como una serie te ponen lo mejor justo al final. Seguro que ha sido el presentador el que la ha liado para ligar con Anne, se le ve que es un Don Juan que va detrás de todas.
ResponderEliminarPor cierto no se donde estará ese pueblo, pero se parece a mi casa cualquier excusa es buena para una fiesta o en su defecto una barbacoa jajaja.
Gracias chicas!
ResponderEliminarKerly, me alegro de que mi historia te haya hecho recordar la buena relación que mantienes con tu padre!
Y Kunfy, tienes suerte de tener tanta barbacoa, una que yo me sé no ha tenido ninguna desde hace eones jaja
Un beso a las dos y espero que os paséis para ver el desenlace! =)